No es que todas las elecciones me sean tan dramáticas. Optar por mi Marcelo, por ejemplo, fue algo sumamente sencillo (y es que no hay nadie como él, lo siento, perdieron). Las elecciones que me más cuestan son las que tienen que ver con optar por algo que voy a aprender. Y no es que no me guste aprender, al contrario, ése es precisamente el problema; me gusta aprender de todo. Desde pequeña elegir estudiar algo, en vez de otra cosa me pareció siempre un drama. ¡Me gustan tantas disciplinas! ¡Me gustaría saber tantas cosas! Uno quisiera que los días tuvieran infinitas horas para dedicarlas a aprender y aprender, y a maravillarnos con la sabiduría de este mundo. Pero no, las horas son 24 cada día y encima hay que dormir.
El mayor drama de todos en este contexto del aprender es elegir una carrera a la cual dedicarse. Me refiero tanto a optar por ciertos estudios como a escoger trabajos y orientar nuestro desarrollo en torno a cierta disciplina. Yo sé que es también un placer dedicarse a lo que uno más le gusta, lo que uno ama, pero a la vez es terrible asimilar que el resto de las opciones no van a ser, no al menos en profundidad… y hay muchísimas cosas que sólo pueden apreciarse y entenderse cuando uno las estudia en profundidad.
Lo cierto es que habiendo tanta sabiduría disponible hay que elegir alguna. Hay que optar por una pequeña muestra de alguna ciencia o ciencias de este mundo. Porque resulta que no nací como Da Vinvi; no soy capaz de entender todo y aprender todo… al menos espero ir a apreciar La Mona Lisa alguna vez.
Pero el drama no se queda solamente en lo descrito. Crece y se expande a un montón de otros aspectos en nuestra vida. Es terrible, por ejemplo, "elegir" qué lugares de visitar, y qué culturas de este mundo conocer. También es un drama escoger los idiomas que uno aprenderá; ¡hay tantos libros que apreciar en su idioma original! ¡tantas expresiones interesantes propias de cada lengua! Ni hablar de aprender a tocar instrumentos y de apreciar el arte en sus diversas expresiones. Aunque estén todas las ganas hay poco tiempo y poca plata.
Lamentablemente la vida es corta y es una sola, o al menos eso es lo que sabemos de la vida de por acá. No queda más remedio que enfrentarse al drama. No queda más remedio que elegir.
Carla.
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