sábado, 3 de octubre de 2009

Cristiana, socialista y revolucionaria


Me defino cristiana porque mi vida está guiada por los valores de Cristo. Son el amor por todo y por todos lo que motiva y sustenta mi existencia. Es el amor el fin último (en el sentido del "más esencial") de mi vida.


Desde que recuerdo mi pensamiento se definió socialista. Lucharé siempre por la justicia, la igualdad de oportunidades y derechos de todos. Si los seres humanos no fueran tan egoístas cada uno de nosotros podría vivir sólo son lo necesario, y así alcanzaría para todos. En cambio, después de haberlo intentado, la historia nos dejó un sabor amargo y la certeza de que la igualdad, esa igualdad verdadera, no será nunca más que una mera utopía. Pero la utopía ha deseguir viva para siempre, para que jamás se apague la llama de la solidaridad que nos atrae hacia ella en este mundo congelado.

Soy una revolucionaria. No le temo al cambio y lucharé por mis sueños y por mi gente, hasta el último segundo de mi vida. No tengo miedo, haré todo lo que esté a mi alcance para lograr un mundo mejor, donde los niños crezcan sanos, libres, contentos, seguros. El sueño, mi sueño, es un mundo donde el amor sea el sentido de todo.

Con el corazón en la mano,

Carla.