DedicatoriaA Marcelo, el gran amor de mi vida;a Juan Carlos y Patty, mis padres, que lo dieron todo por mí desde el principio;a Ismael, mi abuelo, que me enseñó lo fundamental;a la Mami, mi abuela, que estuvo siempre a mi lado;a mis abuelos Luis y Nilda, que me permitieron existir;a mis tías Iris, Gloria y Mónica, que me apoyaron siempre.AgradecimientosMi primer agradecimiento es para Dios, ese Dios que se dio a conocer a través del rostro de Jesús. Ese Jesús que ha estado y estará conmigo siempre. Ese Jesús al que me esfuerzo por seguir cada día, ese que me motiva a superarme, a ser más consecuente, más solidaria. El que me enseña a vivir según la doctrina del amor.
Doy gracias a Juan Carlos Coronado y Patty Leiva, mis padres, que se han esforzado 24 años por mí, desde el primero de mis latidos. Les agradezco por el tiempo, por las preocupaciones, por las lágrimas, por la paciencia, por las alegrías, por los esfuerzos. Agradezco la visión que me enseñó mi padre y la constancia de mi madre. Agradezco los valores de familia y las oportunidades que con esfuerzo pudieron ofrecerme. La que soy no sería sino fuese por mis padres.
Agradezco a Marcelo Figueroa, mi futuro esposo. Agradezco su ayuda infinita en éste, mi proceso de estudio. Agradezco su amor, su compañía, su dedicación, su fidelidad, su paciencia, su incondicionalidad, su apoyo eterno. Pero, por sobre todo, agradezco su consecuencia, su transparencia y su honestidad, porque es él quien me anima a no olvidarme de lo esencial.
Agradezco a Ismael Leiva, mi abuelo querido, quién me heredó las raíces bautistas y me enseñó lo fundamental. Por él van todos mis logros, por él que no alcanzó a estar orgulloso de mí hoy recuerdo que hay una parte de mí que no quiere estar orgullosa y cambio ese orgullo por humildad.
Agradezco también a mis hermanos queridos; Álvaro, Gonzalo, Benjamín y Mackarena, que siempre han soportado mis locuras. Agradezco a todos los integrantes de la familia Coronado y Leiva que me apoyaron incondicionalmente en este proceso. Especialmente a mis abuelos Coronado, Luis y Nilda, que me permitieron existir, y a la Mami, mi abuela María Leiva, que no alcanzó a sonreír conmigo por la etapa cumplida pero que siempre estuvo a mi lado.
Doy gracias, especialmente, a mis tías queridas, Iris y Gloria Leiva, que me apoyaron de cerca participando conmigo de mi proceso de educación superior. Agradezco sus esfuerzos y su tiempo, sus sacrificios y sus consejos. Agradezco también a mi querida tía Mónica Leiva porque, a pesar de la distancia, estuvo siempre conmigo.
No puedo dejar de mencionar a Dante Figueroa y su esposa Patricia Candia, mis futuros suegros, quienes, junto a Mauricio, me reciben en su casa como una integrante más de la familia. Agradezco su apoyo constante y el cariño invaluable que me han entregado.
Agradezco también a mis amigas y amigos que han estado conmigo siempre. Especialmente a Álvaro Espinoza, que vivió este proceso a mi lado.
Agradezco a mis profesores, los de mi vida entera, porque llevo un pedacito de su vida en mi vida. Especialmente agradezco al profesor Pedro Vera quién, además de apoyarme y valorarme siempre, me ha instado a seguir soñando; al profesor José Espinoza, por su paciencia y apoyo; y al profesor Miguel Figueroa, por sus consejos interminables.
Por supuesto, agradezco también a mi profesor guía Claudio Roa, por su paciencia y ayuda en este trabajo, y porque no sólo me enseñó conocimientos técnicos, sino también virtudes relevantes para la ingeniería y para la vida.
Mis agradecimientos también para los profesores Enrique López y Luis García quienes, como integrantes de la Comisión Revisora de este trabajo, me permitirán cerrar un ciclo en mi vida. Gracias por el tiempo y la dedicación entregada.
Seguiré soñando, seguiré luchando, seguiré trabajando. Éste será un logro entre muchos. Todos serán por mi patria, por mi gente. Esta patria mía que me ha brindado oportunidades y a la que espero, algún día, retribuir con creces.
Adelante, aún falta mucho por recorrer.
Carla A. Coronado Leiva.